Carlos Baute, el Michael Jackson venezolano

Ayer por la noche estuvimos en el concierto de Carlos Baute, en el recital que dio en un marco incomparable como es el Parque Municipal de la Pobla de Vallbona. Todo hay que decirlo, está en la cima de su carrera musical, pues haber actuado en un escenario como el de ésta urbe solo lo pueden decir unos elegidos.

Y digo marco incomparable porque está enclavado en el centro neurálgico de la Villa:
A la izquierda el Hogar del Jubilado, que a pesar de ser de noche, se podía observar a las jubiladas como le tiraban a Carlos Baute su ropa interior, pero claro, entre el peso de los pañales incorporados que llevan y las pocas fuerzas que tienen, la Cruz Roja se tuvo que llevar a 3 o 4 por dislocamiento de hombros. Mientras sus maridos, los pocos vivos que quedaban, y con un mondadientes, de vez en cuando subían el entrecejo para observar a las dos bailarinas que le acompañaban, pero los tuvieron que tirar de allí porque llegó un momento que el sonido de las alarmas de sus marcapasos no dejaban oir la música.
Enfrente tenemos el gran Mercado Municipal, bello, amplio e histórico centro, cuna de grandes acontecimientos como fueron los castillos hinchables con el toro loco, el impresionante reparto de helados gratuitos, y lo que es todavía más emocionante, el intercambio que se realiza entre frutas, verduras, carne, pescado…………entre las diversas étnias que conviven en esta hermosa ciudad. Pero por encima de todo destaca el techado del mercado, datado según las últimas investigaciones y tras diversos estudios de científicos con carbono 14, de hace 5 o 6 años.
A la derecha tenemos la calle del Pilar, lugar donde se han tenido grandes reuniones, como los concursos de paellas, la nit de la torrá y otras citas históricas que de la emoción prefiero no recordar. También se encuentra ubicado la archiconocida pizzería Andrea, así como el bar restaurante la Vigueta, ambos de siete u ocho tenedores. También tenemos un centro de veterinaria, donde se han salvado tantas y tantas vidas, como aquella complicada operación de uña de la burra Romualda.

Pues sí, allí tuvo el honor de cantar nuestro querido amigo Carlos Baute, o como es conocido, el Michael Jackson venezolano, por su incesante necesidad de mostrar su paquete en sus conciertos, con ese movimiento de cadera de atrás hacia delante. La única diferencia que Carlos enseña los dientes, y no como Michael Jackson, que se tapa la boca, por la alitosis que tiene. La otra diferencia es el público objetivo de uno y otro, del primero las mujeres (preferiblemente de más de 18 años y con grandes ….eso, tal y como pidió él en el concierto) y del otro, da igual el sexo, pero menores de… (censura). Pero la gran diferencia, es el honor que ha tenido Carlos Baute en poder cantar en éste escenario, mientras Michael no lo ha podido disfrutar.

El concierto en sí no estuvo nada mal, fueron 90 minutos más o menos de soportar,en el centro, el peso de mi hija Vera, que a pesar de estar delgadita, se ve que al haber luna llena esa noche, la gravedad existente en la atmósfera multiplicaba su peso por diez. A la izquierda a mi mujer y sus chillidos que parecía que en lugar de un concierto estuviéramos en un rodeo de vacas típico de vaqueros de América del Norte (si, ya saben, ese que dice….yiu,yiu.yiiiiiuuuu), por la derecha tenía al grupo serio del concierto, que cada vez que les miraba les tenía que dar el pésame pues pensaba que estaba en un velatorio. Delante tenia a mi otra hija Paula, que no paraba de dar saltos y saltos sobre el callo de mi pie izquierdo...... y detrás….Dios mío, que mal lo pasé, un grupito de jovencitas que estuvieron toda la noche….!!quitate la camiseta!!,!!queremos un hijo tuyo!!, ¡! tio buenoooo!!. Yo no les paraba de decir que estaba casado, y que mi mujer estaba al lado, pero se ve que con el ruido de los altavoces del escenario no me oyeron.